Este día de expiación marca el final de los días sagrados del judaísmo y ofrece una oportunidad a la gente para cambiar su destino mediante el rezo, el arrepentimiento y la caridad, similar al Domingo de Resurrección cristiano.

Yom Kipur es el día de expiación judío más importante. Se celebra 10 días después del Rosh Hashaná, o Año Nuevo judío. Este día concluye los Días Santos Judíos y ofrece una oportunidad a la gente para cambiar su destino mediante el rezo, el arrepentimiento y la caridad. En la religión judía, el arrepentimiento es esencial para el perdón de los pecados. Se cree que Dios sella el destino de cada persona para el próximo año durante el Rosh Hashaná.

Este año, el Día de la Expiación cae en octubre, lo que significa que el tiempo de preparación está en su apogeo. La gente está ocupada limpiando sus hogares y oficinas, arrepintiéndose de sus pecados y haciendo planes para el año que viene. El Yom Kipur es un día sagrado para los judíos, ya que es el último día del año judío. Se trata de un día de reflexión y arrepentimiento, en el que las personas piden perdón por sus pecados del año pasado y se proponen cambiar su forma de vida en el futuro.

Yom Kipur es el día más sagrado del año en el judaísmo y se celebra con un ayuno de 24 horas. En esta fecha, los judíos reflexionan sobre sus acciones del año anterior y piden perdón por sus pecados.

Orígenes y significado del Yom Kipur

Según la tradición, esta fiesta empezó con el profeta Moisés. Después de que Dios diera a Moisés los 10 Mandamientos en la cima del Monte Sinaí, el profeta volvió junto a los israelitas. Durante la larga ausencia de su líder, los israelitas empezaron a adorar a un becerro de oro, considerado un falso ídolo. Furioso, Moisés rompió las tablas de piedra en las que estaban grabados los Mandamientos y se volvió a la cima de la colina para pedir el perdón de Dios para él y su pueblo. Moisés volvió con un segundo juego de lo 10 Mandamientos y el perdón de Dios para el pueblo hebreo.

 

Los judíos creen que pueden hacer actos de oración, arrepentimiento y caridad durante los Días Temibles para influir en la decisión de Dios y cambiar como se les categoriza antes de que se sellen los libros en el Yom Kipur.

El Yom Kippur marca el final de los Días Temibles, o Días de Arrepentimiento, que se inician con el Rosj Hashanah, el día de Año Nuevo judío. Durante un periodo de 10 días, las personas pueden influir en los planes de Dios para el año que empieza. Según la Mishnah, el texto legal que ordena el día a día del judaísmo, en el Rosh Hashsanah Dios inscribe los nombres de las personas en tres libros: en uno de estos libros registra a la gente buena, en otro apunta los nombres de las personas malas y, en un tercero, anota a los que no son ni totalmente malvados ni totalmente rectos.

Cómo se celebra el Yom Kipur

El día sagrado empieza con la puesta de sol y termina en el ocaso del día siguiente. Está prohibido trabajar, la expiación de los pecados del año anterior se expresa a través de las “aflicciones”, que incluyen el ayuno, la abstinencia de limpiarse y lavarse, no tener relaciones sexuales, no llevar calzado de cuero y no ponerse perfumes o cremas. Aunque no todos los judíos practican todos los aspectos religiosos, está muy extendido que este día sea la única fiesta en la que los judíos no practicantes acudan a la sinagoga.

La sinagoga cumple un paper central durante el Yom Kipur, en ella se celebran cinco oficios de oración. Durante cada uno de ellos, la congregación confiesa sus pecados colectivamente. Algunos asistentes llevan ropajes blancos o un kittel, una túnica blanca que simboliza la mortaja funeraria, el ropaje de los ángeles y la pureza del perdón.

El primer oficio, que se celebra con la puesta de sol, incluye la declaración Kol Nidré (en hebreo sefardí), en la que la congregación reza porque todos los votos hechos a Dios que no se puedan cumplir durante el año entrante se declaren nulos o vacíos. Se cree que esta declaración se incluyó en el ritual como una vía de permitir que los judíos que se vieron obligados a convertirse (como el caso de los sefardíes en España en 1492) pudieran volver a la fe en el día de la expiación. Históricamente, esta práctica ha servido como excusa para los antisemitas que afirman que esto permite a los judíos tener carta blanca para no cumplir sus promesas, lo cual no es cierto. Una crítica similar a la que se ha hecho a la confesión católica. 

Dado que la tradición judía dicta que Dios juzga tanto a los vivos como a los muertos, el primer oficio matinal incluye el Yizkor, una oración de duelo en el que la gente recita un rezo en nombre de los parientes y seres queridos que ya no están. Los vivos también prometen hacer actos de caridad con la esperanza de asegurar un juicio positivo por parte de Dios para con sus allegados.

Durante el oficio final, que representa el “cierre” de las puertas del cielo y el sellado del libro de Dios, los que pueden permanecen de pie y toda la congregación se encomienda de nuevo a los principios espirituales del judaísmo a través de la oración.

A medida que terminan los últimos rezos del Yom Kipur, suena el shofar, o cuerno de carnero, una indicación que se ha concedido el perdón divino y que ha terminado el ayuno de 25 horas. Los hambrientos fieles se van a casa para romper el ayuno con sus familiares y amigos. 

 

Basado en el artículo de:  ERIN BLAKEMORE para la National Geographic Society
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